Atilio Borón, sociólogo y politólogo de la Universidad de Buenos Aires, es de los intelectuales más reconocidos de América latina y un importante referente para los sectores izquierda. Hace 15 días estuvo en la ciudad de Córdoba invitado por la Asociación de Docentes e Investigadores Universitarios de Córdoba (Adiuc) para disertar sobre “La universidad hoy y la reforma del ‘18”.
En base a este tema giró la entrevista con La Voz del Interior .
–¿Son actualmente las universidades ámbitos reformistas o, por el contrario, se han convertido en instituciones conservadoras?
–No podría generalizar, más allá de los matices, hay universidades más fieles al espíritu reformista que otras. Cuando uno mira la experiencia argentina y latinoamericana, hay universidades que se caracterizan por el vigor que tiene el pensamiento crítico, como las universidades de Campinhas y la Federal de Río de Janeiro, en Brasil, y probablemente la Unam de México. En Argentina hay universidades que son fieles a ese pensamiento reformistas y otras en las que nunca llegó a arraigarse. El panorama es variopinto, con una tendencia de fondo, subterránea, que es la conversión general de las universidades en entidades que dejan de cuestionar el orden social y se transforman en productoras de profesionales al servicio de las demandas del mercado. Eso es una tendencia universal y dentro de esto hay universidades que mantienen la llama del movimiento reformista y otras que no.
–En ese marco, ¿usted no ve a las universidades muy aisladas, ensimismadas en su autonomía?
–Creo que uno de los graves problemas de la universidad sigue siendo la confusión entre autonomía y aislamiento. Al menos, eso pasa en mi universidad, la UBA. Por eso los gobiernos pueden atacar a las universidades y no hay una movilización de la ciudadanía para defenderlas. La autonomía sigue siendo un valor importante, pero no implica esa separación que hoy veo en la UBA en relación a su medio, a la sociedad.
–Cuando habla del valor de la autonomía, ¿cómo se corresponde eso con que las universidades se sometan a exámenes de calidad?
–Creo que nadie está en contra de mejorar la calidad de la enseñanza, el problema es cuáles son las varas con que se mide. La UBA no se somete al criterio de la Coneau y fue una de las grandes banderas de Oscar Shuberoff (ex rector), precisamente por cómo evalúa el trabajo de los académicos. Pero si bien hubo cambios, en general los criterios son los que fijó el Banco Mundial: mercantilistas, utilitarios, cuantitivistas, donde se mide la calidad de la docencia en función de responder a las demandas de las empresas. Entonces, con ese criterio, ¿para qué necesita Argentina un astrónomo, un filósofo, un antropólogo o un historiador? Sucede lo mismo con la investigación. Si publicás un libro en el país como investigador, el puntaje será mucho más bajo que si publicás un trabajo de 10 páginas en una revista internacional. Así se distorsiona la agenda de la investigación, que lejos de representar una respuesta a la problemática local, es una adaptación a la exigencia de un sistema colonial que te impone otra agenda. Por ejemplo, escribir un libro de investigación sobre el Chagas, porque en Latinoamérica hay 50 millones de chagásicos, te da dos puntos, pero si escribís un artículo de 10 páginas sobre el comportamiento del ojo humano bajo temperaturas extremas para que la Nasa entrene a sus astronautas, eso da 10 puntos.
Vocación vs. orientación
–Más allá del criterio “utilitarista” que menciona, ¿no es válido orientar la matrícula estudiantil hacia carreras como ingeniería?
–Bueno, pero en la medida que no distorsione la vocación de los alumnos, no me parece mal. Si queremos producir más ingenieros, tenemos que fortalecer las escuelas técnicas, tener más recursos para formar a los profesores. En los últimos 30 años hubo una revolución tecnológica pero no involucraron a nuestros profesores. Una política orientada democráticamente, apoyada con recursos, podría ser, aunque lo que ha prevalecido hasta ahora es un criterio tecnocrático.
Seguí leyendo en http://www2.lavoz.com.ar/08/09/20/secciones/sociedad/nota.asp?nota_id=241805