
El 26 de Agosto, a las 21 todos los aliados escuchamos temas de Charly para tirarle la mejor onda! Lean la nota de Critica que está muy buena:
Todo nuestro amor lo salva y le sirve (27/8)
“Borom bom bom/ borom bom bom/ ésta es la banda/ de Say No More”, cantaban fanáticos de entre 15 y 22 años –más algún viejito piola y solidario– frente adonde permanece internado Charly García. La movida se transformó en una bola de nieve. Lo que comenzó como una cadena de e-mails se volvió un pedido, homenaje, declaración de amor.
A las 21, comenzaron a sonar temas del autor de Demoliendo hoteles en todo el país. Poco a poco, la gente se fue congregando frente a la clínica Avril, en el barrio de Almagro, donde el músico permanece internado y –las noticias no son nada malas– mejora y hasta subió de peso.
El propio compositor, enterado de la idea, pidió a sus amigos que fueran a visitarlo: así, las cámaras televisivas de guardia frente al lugar registraron la llegada de Palito Ortega. “Estoy contento por esto, porque soy su amigo”, explicó el cantante mientras una pequeña multitud seguía congregándose a las puertas de la clínica.
Más tarde, llegó León Gieco, también –como en el caso de Ortega– por pedido expreso de Charly, según quienes lo rodean, agradecido y emocionado por la iniciativa. Alrededor de las 21.30, el propio García apareció unos segundos en la ventana del establecimiento para delirio de los presentes, y fue rápidamente registrado por una ola de flashes, de presencia constante desde que fue internado allí el pasado 29 de julio, una internación que algunos seguidores pensaban era “una más” respecto de la salud del músico, pero que terminó prolongándose mucho más de lo esperado: realmente, Charly estaba al límite. La calle Humahuaca permaneció cortada; la manifestación, que se pensaba que iba a ser breve, siguió durante largo rato.
Un grupo de fans contrató una combi con parlantes que, tras recorrer las calles desde Coronel Díaz y Santa Fe hasta la puerta de la clínica, en continuado y a todo volumen, pasó temas de García de todas las épocas.
El público, poco más de una centena de personas, coreaba, saltaba y festejaba cada canción como si se tratara de un recital. Desde dentro se conoció el feedback: conmocionado por el gesto de la concurrencia, el rocker pidió una guitarra para hacer música para el resto de los internos, acompañado de Gieco y Palito: Charly, después de todo, mantiene sin pérdida el poder aglutinante, ése capaz de unir contrarios.
Todo comenzó la semana pasada, cuando una cadena de e-mails pedía que este martes, a las 21, todos pusieran un tema de Charly García. La cadena anónima rezaba “la idea es hacerlo a todo volumen y abrir las ventanas de tu departamento, de tu oficina, de tu negocio, de tu auto”. La idea prendió y los discos del ex líder de Serú Girán comenzaron a sonar a esa hora.
En los medios –especialmente en las radios– la convocatoria fue dispar. Algunas FM no alteraron su programación; otras se plegaron al gesto con diferente énfasis: Rock’n’Pop pasó a las 21 en punto Yo no quiero volverme tan loco (simbólico tema de su primer álbum solista, Yendo de la cama al living, de 1983) mientras que la FM de Radio Nacional, RPN, decidió que entre las 21 del martes y el mediodía del miércoles sólo se escucharían por sus parlantes canciones de Charly García.
Esta historia de amor –quizás con final feliz, por lo menos con este momento emotivo– se desencadenó tras la última crisis del músico, quien el 29 de julio pasado fue internado en el Sanatorio Güemes con síntomas que incluían fiebre y deshidratación, tras intentar recluirse en la quinta de su amigo Palito Ortega.
Por orden judicial, fue trasladado luego a un neuropsiquiátrico dos días más tarde, donde permanece desde entonces. Los últimos partes indican que García mejoró, permanece sedado parcialmente y recuperó algo de peso. Y, por lo que se ve, escucha el rumor de la calle, el que dice “rezo por vos”.