“¡Vencimos a la muerte, queridos hijos!”
Antes de iniciarse el concierto, las Madres entregaron menciones a los referentes de los múltiples espacios de lucha de la organización. Enseguida, subió al micrófono Horacio Fontova, en una seguidilla de actuaciones que fueron sincronizadas con precisión y que no dejaron más que tres a cuatro minutos de espacio entre ellas, lo suficiente para acomodar micrófonos y cables.(...)
Los dinosaurios van a desaparecer
Antes del esperado discurso de Hebe de Bonafini, actuó la murga uruguaya Falta y Resto, con sus diez coristas y el soporte percusivo de dos parches y el par de platos. Tras el terminante mensaje de la voz cantante de las Madres, subió el número musical más aguardado de la noche: Charly García.
El roquero, de raras apariciones en escenarios políticos, actuó especialmente para las Madres acompañado con su banda conformada por bajo, batería, guitarra y una corista (Débora del Corral).
"Por supuesto que vamos a portarnos muy bien", dijo el músico de bigote a dos colores en medio de su concierto. Vestido sobriamente con saco negro, camisa blanca y corbata a rayas, Charly tocó los teclados y la guitarra y no desesperó cuando el micrófono se desconectaba, algo inusual en él.
Las Madres, sentadas casi al lado del teclado, conformaban una privilegiada platea, a la que García le dedicó sus temas más emblemáticos y una novedad, compuesta especialmente para las Madres.
Charly tocó “Rezo por voz”, “Los dinosaurios”, “Cerca de la revolución”, “Transformación”, “Demoliendo hoteles” y finalizó con su versión del Himno Nacional “sin firuletes", tal como aclaró. Charly hizo un pequeño dúo con Hebe en el final de la canción patria, para cantar "oh juremos con gloria morir". “Y vivir", agregó el músico.
Hebe: “Vencimos a muerte, queridos hijos”
A las 23.37, Hebe de Bonafini se levantó de la silla que ocupó estoicamente desde las tres y media de la tarde, y se ubicó en el centro de las treinta Madres que la flanquearon durante su contundente discurso. Con su poncho rojo, habitual vestimenta en sus más emblemáticas marchas y acciones, la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo comenzó agradeciendo “a todos los que hicieron esto posible, y que salga a la perfección”.
Destacó el trabajo de Fernando Schacceri en la organización, lo que provocó en el estrecho colaborador de las Madres un conmovedor llanto emocionado.
“Hace treinta años no imaginábamos que la dictadura fuera tan asesina, perversa y criminal. Por eso quiero hablarles de ellos, de los hijos brillantes, alegres, guerrilleros, alfabetizadotes, increíbles, revolucionarios, convencidos”, enumeró levantando los primeros aplausos de los miles de militantes que poblaban la Plaza de Mayo.
“Estamos convencidas de que están en la multitud. Nadie se va para siempre. Somos su voz, su mirada, su corazón, su aliento”, enfatizó y sacudió a todos cuando exclamó que “vencimos a la muerte, queridos hijos".
La presidenta de las Madres explicó que el lema elegido para la seguidilla de actos en festejo por el aniversario, es una “consigna de compromiso, verdadera”. “Hasta la victoria siempre, queridos hijos”, porque, fundamentó, “todavía no se ha escrito lo que ellos hacían, y qué querían nuestros hijos”. Asimismo, declaró que “les debemos el amor, el desprendimiento, la comprensión”, al tiempo que reclamó “aprender de ellos. No querían nada para sí, y en cambio todo para nosotros”.
Hebe fue clara en la defensa de la política oficial de derechos humanos y recordó que "el presidente (Néstor Kirchner) ha dicho que nuestros hijos son sus compañeros". Cuando desde la multitud surgieron aislados silbidos, Bonafini los refutó afirmando que "esos no entienden nada. Chiflar en una plaza no sirve para un carajo". También, exigió “protesta con propuesta” y expuso que la “revolución no se hace en un café, o con un periódico que es pura crítica, sino construyendo”.
En tanto, recordó que durante treinta años, cada jueves, a las 15.30, las Madres estuvieron en esa Plaza “que ya es nuestra y también es de nuestro pueblo, de todo el pueblo que lucha, como los que están construyendo en la Villa 15, en Ciudad Oculta, en Los Piletones; el Perro Santillán, allá en Jujuy; los maestros del sur, de Salta; Pepino Fernández". En referencia a su organización, reivindicó para las Madres su cualidad de “rebeldes, locas, prepotentes; nos paramos ante el poder y dijimos ‘acá estamos’. Pusimos el cuerpo que es lo único que tenemos para poner”.
Hebe insistió con la idea de sintetizar convicciones con acción política y afirmó que "hay mucho que hacer. Todavía hay hambre, desocupación y necesidad de viviendas".
En otro tramo, agradeció a una delegación de Padres de Cromañón, presente "con su solidaridad en la tristeza". "Ellos dicen que no pueden hacer un recital. No entienden esto de disfrutar", comentó. "Nosotros sí porque vencimos a la muerte, queridos hijos. Vencimos al verdugo. Esto es vida pura, llena de amor y de abrazos", resaltó.
Afirmó que "con esos hijos que nos nacieron después, estamos sembrando un nuevo camino, que no deja de ser revolucionario, construyendo, marchando junto a quienes nos necesitan".
"Queridos hijos. Su sangre no fue inútil, florece en cada barrio, en cada lugar donde hombres y mujeres levantan su puño por trabajo digno, por vivienda", remarcó.
Expresó luego que, a diferencia de las Madres que tienen entre 80 y 94 años, "ustedes seguro vivirán y disfrutarán la victoria, que es nuestra".
También, agradeció las adhesiones recibidas, en especial las de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del presidente cubano Fidel Castro, y se pronunció por "la unidad latinoamericana, indispensable para llegar al socialismo”, porque “el imperialismo y la CIA son voraces, no se cansan”.
"Patria o muerte, Venceremos", proclamó al final, cuando ya en la Plaza de Mayo era 1º de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, la fiesta revolucionaria por excelencia en la clase obrera del mundo entero.
Fuente: www.madres.org