Como cordobesa de pura cepa, aquí les presento una lista de lugares lindos para veranear en Córdoba...
Arroyo Los Patos
Don David López era un prolijo artesano que con sus manos otorgaba bellísimas formas en el cuero, el hilado y el tejido en lana. Teniendo noticias sobre la fertilidad de los suelos en la zona de la actual localidad, comenzó a explotarla. El agua del lugar se fue reuniendo en dos represas que se construyeron, y éstas se fueron poblando de patos y gansos, que multiplicándose en el paisaje, dieron el nombre a la localidad. Poco a poco fueron surgiendo las primeras viviendas de adobe, techos de caña y paja y aberturas de algarrobo obtenido en la zona. En realidad Arroyo de los Patos, no es un arroyo sino cuatro y un fantástico río. El cauce serrano que atraviesa su corazón se forma en la unión de las aguas del Panaholma y el Mina Clavero que convergen en el Río Los Sauces. Los pequeños manantiales que serpentean bañando las fértiles extensiones de la localidad, van tiñendo con su murmullo el ritmo tranquilo del lugar. Con verdes costaneras y rincones de excepcional hermosura cada septiembre, el pueblo viste de gala para conmemorar sus Fiestas Patronales.Enclavada bajo la majestuosa mirada de las Sierras Grandes, que enmarcan todo el valle de Traslasierra, entre las localidades de Mina Clavero Y Nono se encuentra este pequeño paraíso de frescura y armonía. Nacida de un artesano y su familia, Arroyo de los Patos nos dejará admirados con su belleza, con pequeños senderos de agua que se abrazan a la vegetación, como si fuesen cueros trenzados, como si hubiesen sido creados por las habilidosas manos de un artista de nuestro suelo.
Cabalango
Correr, el viento pega en la cara. Medir las distancias, el tiempo y la longitud de la caída. Recién entonces, picar con ambos pies. Cuando estemos por fin en el aire, la brisa se irá humedeciendo hasta golpear el agua. La frescura nos recorre, abajo todo es silencio. Antes de salir, dejarse caer unos segundos hacia el fondo, sentir la comunión del agua con las rocas, la hermosura del cuerpo liviano casi sin peso bajo el agua. Salir a la superficie y respirar una profunda bocanada de aire puro. Abrir los ojos y admirar la enormidad del paisaje, sentirnos parte de él. Las opciones aquí se abren; reposar tranquilo y al sol en las playas o subir de nuevo, sentir el viento y otra vez picar con ambos pies... En el cauce natural del río Los Chorrillos, en Cabalango nada se asemeja al pequeño arroyo serrano, con fondo de arena y esporádicas rocas en la costa. Aquí el agua pasea entre las cuevas de un ancho sendero de piedra, se mezcla con ellas, las descubre y forma un solo cuerpo. Las perforaciones en la piedra son las ollas de este rió-roca que serpentea entre la serranía y se sumerge en pozos de tres o cuatro metros. Las aguas yodadas que lo forman, abrazan además las costas de arena que sirven como un excelente sitio para disfrutar del sol, el aire puro y el murmullo del rió. Hoteles, camping y casas de alquiler brindan la comodidad y el confort para disfrutar del espectáculo de la naturaleza. Ya sea desde cálidas habitaciones o acampando bajo las frondosas copas de los árboles, a sólo 6 kilómetros al noroeste de Carlos Paz, Cabalango es un paraíso que debe ser disfrutado.
Córdoba
Córdoba, ciudad de las campanas, ciudad universitaria, pero con cambiantes rostros de modernidad. Su corazón colonial se pierde entre los paisajes de sus calles . En el cielo asoman las cúpulas de un pasado de fe y tradición. Temprano en la mañana se van a abriendo las persianas de los primeros negocios, y poco a poco la peatonal se va poblando de trabajadores, de paseantes, de artistas callejeros, de habitantes en su diario quehacer. Los cafés abren sus puertas, las iglesias ventilan sus muros repletos de historia, los claustros universitarios se pueblan de estudiantes, los bancos y oficinas inician su actividad, más tarde, los shoppings... Así, todo comienza a funcionar, cada uno de nosotros va marcando el palpitar del corazón de la ciudad. El arte, la historia, la educación, la industria, la tradición, la hospitalidad de su gente, el humor, la cultura, el deporte. Es imposible describir en tan pocas líneas la cantidad y calidad de las ofertas que presenta la ciudad de Córdoba. Con un pasado que se remonta a las tiempos fundacionales del país, con imponentes construcciones que materializaron los poderes de la política y la fe, la capital de la provincia posee una innumerable cantidad de rincones que merecen ser conocidos. La Manzana Jesuítica declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000, la joya arquitectónica de la Catedral, con su notable combinación de elementos del barroco y del neoclasicismo, el valor artístico de las iglesias, el colonial estilo del Cabildo, son sólo algunos de los edificios en los que puede vivirse el rico pasado que dio nacimiento a la ciudad. A ello se suman los monumentos y paseos heredados de los siglos XIX y XX, como el Teatro Rivera Indarte, el Palacio Ferreira, los museos de bellas artes, el Parque Sarmiento, la Plaza San Martín y el Paseo Sobremonte, entre los más notorios. En cada de uno de los claustros de la primera universidad del Río de la Plata, en cada una de sus galerías, teatros, bibliotecas y museos, se palpita el sentir de la manifestaciones más hermosas del arte, la ciencia y la cultura. Aquí se mezclan los estilos clásicos y los de la modernidad, las vanguardias adaptadas y las formas propias. Todo tiene lugar en Córdoba, todo aquí se conjuga en una excelente alternativa para quines gustan disfrutar de la cultura y el arte. Con un aeropuerto internacional ubicado a minutos del centro de la ciudad, podremos acceder a una de las capitales que posee la más variada infraestructura hotelera y oferta gastronómica. Estos aspectos se materializan en sus platos típicos, en las recetas de renombre y tradición internacional, en sus salas de convenciones y los lugares de recreación. Cuando la noche cae sobre los muros más antiguos y los modernos edificios, Córdoba lejos de sumirse en la oscuridad, se enciende. Bares, restoranes, pubs, teatros, cines, recitales, conciertos, materializan el ritmo de múltiples ofertas culturales y recreativas. Cuando buscamos cambiar el vibrante ritmo de la urbe por el entorno de una paisaje tranquilo, son pocos los kilómetros que nos conducen a lugares de calma natural y entorno serrano. Fundada el 6 de julio de 1573 por la corriente colonizadora al mando de Jerónimo Luis de Cabrera, la ciudad continua su progreso. De semillas aborígenes a ciudad industrial, encontraremos aquí un complejo entramado de anécdotas que componen el sentimiento de sus habitantes. Si uno sabe escuchar, encontrará en sus calles las leyendas de su población, las historias de su gente, sus fantasmas y sus recuerdos; mezclas de creencia y misterio que nos cuentan las voces de la ciudad. Luces y sombras de la historia que seguramente nos remontarán hacia otros mitos, los que contaban nuestros ancestros, bajo las luces y las sombras de un antiguo fogón.
La Bolsa
Como es frecuente en las localidades de la zona, proporcionalmente la cantidad de viviendas de La Bolsa es mayor al número de sus habitantes permanentes. Esto se debe a que los encantos del lugar y la hermosura serrana de Paravachasca, han motivado la construcción de múltiples casas de veraneo en los pueblos de la región. El Río Anisacate surca el corazón de esta pequeña localidad y acaricia sus costas de cálida arena y espesa vegetación. En sus calles pobladas de árboles que derrochan sombra por doquier, van apareciendo las pintorescas construcciones que son el hogar de los habitantes de La Bolsa. El ambiente nos invita a recorrer sus veredas y así remontarnos al tiempo en el que los inmigrantes caminaban las calles del lugar, disfrutando de la tranquilidad del pueblo, luego de la ardua tarea diaria en la construcción del paredón del Dique los Molinos. En medio del paseo, podremos sentir como la paz se apodera de nosotros al tiempo que un cálido sol hace fuerza por pasar entre los rincones de la frondosa arboleda. Las pequeñas dimensiones del pueblo hacen que sea ideal recorrerlo a pie. En él, cada rincón se nos brindará provisto de un especial encanto. Entre las casitas de la década del 40 y la fresca sombra de la vegetación, aparecerá ante nosotros la silueta de la Capilla Ortodoxa de La Bolsa. Pequeñísimo templo que decora el verde paisaje de la serranía con su con sus cúpulas y mosaicos de estilo ruso. Sobre la vera de la ruta 5, nos espera este pequeño pueblo de pintorescas calles y cristalino río, de relajante tranquilidad conjugada con el murmullo del agua. Remontándonos a su inicio, quizás podamos encontrar el motivo de esa tranquilidad, cuando en la boca de sus pobladores se nos releve el nombre de la estancia de la que nacieron sus tierras y que singularmente resume la característica principal de la localidad; El Descanso.
La Falda
Enclavada en el centro del Valle de Punilla, La Falda se rodea de un bello entorno natural que le da un marco distinguido a sus paseos y calles. Una ancha avenida principal distingue la parte céntrica de la ciudad. Su recorrido de negocios, productos tradicionales y artesanías, desemboca en la magia del antiguo y afamado Hotel Edén, testimonio de su esplendoroso origen y aún hoy cargado de historia. Esta ciudad, ofrece una variada oferta hotelera y un sinnúmero de actividades recreativas. En la noche podemos disfrutar de sus rincones, caminar por las veredas colmadas de productos y artesanías y luego, gozar de sus bares y pubs o probar suerte en el Bingo. Cuando el sol comienza a asomar en la serranía, las opciones se multiplican. Visitar el Hotel Edén, que desde muros erguidos triunfantes en lo alto la ciudad, nos invita a descubrir sus misterios y el nombre de sus visitantes más prestigiosos. Caminar por los pasillos que alojaron al genio de la ciencia Albert Einstein, explorar las instalaciones y el lujo de las recámaras y adentrarnos en las historias populares sobre su papel en la segunda guerra mundial.La naturaleza es otro de los protagonistas principales de la ciudad. Desde allí se organizan cabalgatas y travesías 4x4, que nos introducen en la atractiva serranía, conociéndola en un sin número de circuitos que invitan a disfrutar de la pureza del aire, las caprichosas imperfecciones del relieve y la incomparable frescura de sus arroyos y ríos. Pasear por las inmediaciones de la vertiente Los Chorrillos, el Dique de La Falda, Las Siete Cascadas, la laguna de los Patos. Disfrutar de la caída del sol en la sierra, dormir bajo el oscuro manto de un cielo poblado de estrellas son sólo alguna de la maneras en que podemos conocer el encanto de La Falda. Ubicada sobre la ruta nacional 38, se nos presenta esta ciudad de ritmo vibrante y entorno de verde serranía, que también mantiene un gran número de museos y circuitos de interés cultural. Recorridos que nos permiten conocer bellos paisajes naturales, paseos por céntricas calles de vidrieras colmadas y restoranes de excelente calidad, rincones de cascadas que se multiplican y afluentes cristalinos. La Falda, en medio del relieve serrano, guarda en sus dominios el encanto y la tranquilidad de una villa señorial de descanso, el bullicio de una ciudad incipiente y al dinamismo de una oferta turística variada.
Mayu Sumaj
La sabiduría ancestral de sus primeros pobladores, le ha conferido un nombre justo a esta pequeña localidad del Valle de Punilla. Los aborígenes mantenían en sus creencias, una estrecha relación con la naturaleza y eran expertos conocedores de los rincones de la serranía cordobesa y sus secretos.De allí nace su nombre, ya que en lengua aborigen, Mayú Sumaj, significa Río Lindo. Su cauce repleto de profundas y transparentes ollas, se entrelaza en una perfecta armonía con las anchas extensiones de arena que lo esperan tranquilas en los márgenes. Es el sitio indicado para disfrutar completamente del río, ya sea nadando en sus rincones más profundas, o remontarlo a pie, en busca de playas anchas y sombras refrescantes. Es por ellos que en los dos últimos años, ha sido elegida por un gran número de jóvenes, para disfrutar el río con el ritmo de los paradores que constituyen una oferta diferente. Ya sea instalando campamentos o recurriendo a la multiplicidad de casas de alquiler, Mayú Sumaj, conocido además como El paraíso de las sierras, constituye un excelente refugio de belleza natural, digno de ser conocido.
Villa Dolores
Villa Dolores, un tradicional pueblo de características coloniales, posee una iglesia parroquial que fue fundada hacia 1800 y preside el núcleo céntrico de la localidad, junto a una pintoresca plaza principal. Esta ciudad, una de las más importantes de toda la Región de Traslasierra, guarda las encantos la historia. Allí, las huellas de los tiempos de carreta y organización del país, se conjugan con un multiplicidad de confiterías, discotecas, bares, restaurantes y hoteles. Cada rincón de la Villa mantiene las más profundas tradiciones de la cultura y la gastronomía nacional y las brinda en modernas instalaciones provistas de todo el confort. Sus calles de frondosos árboles y cuidados jardines son sólo una muestra de la verde frescura que enmarca la localidad. En sus alrededores, el paisaje se nos presenta único y nos incita a surcar las caprichosas formas del relieve. Recorriendo pocos kilómetros podemos internarnos entre senderos de una naturaleza casi virgen, con la tranquilidad de saber que de regreso nos espera un cómodo alojamiento y el entretenido ritmo ciudadano. Situado a la vera de la ruta provincial número 14, punto estratégico para visitar todo la región, con su encanto colonial y su magnífico balneario, con el confort que sólo ofrecen las ciudades, Villa Dolores es un lugar en donde se resguardan las costumbres mas profundos de nuestra tradición nacional bajo la imponente mirada de las montañas que se funden con el horizonte.
Río Cuarto
Enclava bajo la mirada de las imponentes montañas de los comechingones que resguardan los verdes valles y ríos de la zona, Río Cuarto ofrece todo el confort y la comodidad de las grandes ciudades y se alza como la puerta de ingreso a ese entorno paradisíaco que la alberga. Desde esta localidad, nacen las innumerables actividades que tiene como fin surcar los senderos del territorio casi virgen de las Sierras del Sur. A caballo o en excursiones en 4x4, cada una de las estancias rurales y los paisajes pueden ser descubiertos con la tranquilidad de saber, que de regreso nos aguarda una magnífica urbe que brinda toda la comodidad.Se puede recorrer la historia que le dio nacimiento a la localidad, materializada en las instalaciones de su Museo Histórico Regional, adentrar en las finas pinceladas de la cultura que se concentran en el Museo Municipal de Bellas Artes, disfrutar de sus multiplicidad de restoranes y bares que nacen entre sus arboladas calles; todo aquí brinda el marco ideal para perdernos entre las calles de esta gran ciudad, para disfrutar de cada uno de sus pintorescos rincones. Con su privilegiada ubicación geográfica que la alza como una importante puerta de ingreso a región sur de la provincia, con sus hoteles de excelente nivel y su paisaje que conjuga ritmo y comodidad con imponentes escenarios naturales, Río Cuarto espera ser visitada.
Río Ceballos
Bajo la serena mirada del Cristo Ñú - Porá, inmensa escultura que se alza desde la montaña, Río Ceballos es uno de los principales centros turísticos de las Sierras Chicas. Tradicionales Hoteles y Camping albergan a los turistas que buscan disfrutar del paisaje y los arroyos de la zona. Pero la ciudad ofrece mucho más. El Dique la Quebrada, con una extensión de 4.200 hectáreas que van desde las nacientes de los arroyos afluentes del embalse, hasta el paredón y sus alrededores, es un sitio que presenta un especial encanto propicio para disfrutar de los deportes acuáticos y la vida al aire libre. Recorrer sus costas, admirar el paisaje y perderse entre los rincones, siguiendo el cauce del arroyo Los Hornillos, en donde encontraremos un salto de agua de 10 metros de altura, son algunas de las razonas para deleitarnos con las naturaleza, junto al sonido del agua. Tomando como punto partida nuevamente el Dique la Quebrada, y emprendiendo el camino hacia Villa Colanchanga podemos disfrutar de la Cascada de los Cóndores, que ubicada en medio de una exuberante vegetación, obliga a una caminata a la vera del arroyo. En las cercanías de la cascada, y cuando la caminata nos ha abierto el apetito, las instalaciones del Criadero de Truchas H. W. Hecveresna se nos presentan como una de las más tentadoras opciones. Tanto para pescar, adquirir productos típicos o deleitarnos con la los platos del lugar, este criadero constituye una parada obligada en el recorrido. De regreso en la ciudad, las confiterías de la zona conjugan el exquisito sabor de sus masas típicas, con la inigualable belleza del paisaje serrano. En la noche y en pleno centro de Río Ceballos, se puede optar por recorrer sus negocios de artesanías tradicionales, probar suerte en el casino o el bingo, o deleitarse con algún espectáculo en el Anfiteatro Jorge Newbery. Para llegar a Río Ceballos debemos pasear por la ruta E54, entre las localidades de Villa Allende, Mendiolaza y Unquillo. Recorrer este lugar que mezcla las comodidades de la ciudad , con la frondosa vegetación de su entorno. Brindando sus serpenteantes arroyos de ocultas cascadas, belleza en cada uno de sus rincones y el exquisito sabor de sus platos típicos, Río Ceballos un paraíso digno de ser visitado.
Para ver otras localidades turísticas entrà a http://www.cordobaturismo.gov.ar
