La presencia de 600 periodistas, ayer, en el Elíseo estimuló el discurso corporativo de Nicolas Sarkozy. No sólo para animarnos en el camino de la rectitud y de la independencia.
También para confiarnos el secreto de la revolución que se avecina en la televisión pública francesa. Revolución porque el jefe del Estado se ha propuesto garantizar la calidad, elevar las exigencias éticas y despojarla de la sumisión publicitaria. Es decir, que las grandes cadenas públicas –France 2, France 3, France 4 y France 5- emitirán sin anuncios ni otras adulteraciones comerciales.
El proyecto se encuentra en una fase preliminar y especulativa, aunque el enfoque de Nicolas Sarkozy implica que la red televisiva del Estado tendrá que financiarse en un plano complementario. Por un lado, el aumento presupuestario del erario público. Por otro, una compensación de los beneficios publicitarios que obtengan las cadenas privadas.... Continuar leyendo